"Para leer al Pato Donald..."

02 de julio de 2021

"Para leer al Pato Donald..."

 

 

Mucho hemos escuchado con respecto de la invitación del subsecretario de salud, Hugo López-Gatell al programa Chamuco-TV. Con respecto de lo que dijo, me recordó cuando del movimiento LGBT+ se dijo que era patrocinado por judíos neoyorquinos para destruir a la familia y conquistar el mundo. Jamás lo creí por dos razones, los amigos judíos que conozco son más solidarios que nosotros de sus familias y segundo, los amigos activistas LGBT+ que conozco luchan porque han sido discriminados en México y no conocen a nadie en Nueva York y menos reciben dinero.

Es frustrante cuando alguien lucha por sus derechos, en este caso los papás de niños con cáncer, y alguien con poder ningunea tus esfuerzos. Tengo muchos ejemplos al respecto a lo largo de mi vida.

Sin embargo, cuando vi el fragmento del programa Chamuco-TV que tanta polémica causó, algo me brincó…

A través de los años mis maestros me enseñaron que los medios deben ser muy cuidadosos en el uso de los elementos del lenguaje mediático para evitar la propaganda. El libro de cabecera era “Para leer al Pato Donald” de Armand Mattelart, a quien tuve la oportunidad de saludar en un par de conferencias. El tema era lograr que la ciudadanía controlara a ese “monstruo malo” llamado televisión.

Se avanzó mucho con la introducción de leyes y reformas constitucionales, sin embargo, con la llegada de las redes, me atrevería a decir que el avance general se vino abajo.

¿A dónde voy? Me sorprendió que un canal público usara como escenografía caricaturas que claramente denigran a ciudadanos mexicanos. Claro que los caricaturistas tienen el derecho de publicar sus caricaturas, siempre duras, mordaces y críticas. La ciudadanía las necesitamos porque muchos de ellos nos hacen el día.

Para El Fisgón, para Rapé y para Hernández, mis respetos y admiración. Pero si de casualidad entendí algo de las clases de semiótica, yo diría que sus caricaturas no debieran estar como escenario. Es correcto que las  muestren en pantalla, nos comenten de ellas, pero creo que no deben ser escenario.

Sería como si el caricaturista Tony tuviera un programa en Tele Yucatán y usara de escenario caricaturas que muestran de manera, digamos, pintoresca, a personajes de la vida pública mexicana. Estoy completamente de acuerdo que las caricaturas son para eso, para mostrar lo obscuro de los personajes públicos, pero la semiótica nos indica como no hacer propaganda en un set de televisión.

En concreto, con respecto de ese programa en particular, se le está diciendo al auditorio, de manera subliminal, que Enrique Krauze, Carlos Loret de Mola y mi estimado Brozo, son simplemente, unos vendidos. Alguien en TV UNAM debiera revisar: “Para leer al Pato Donald”.

escrito por:

Bernardo Laris

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