"Nos falta mucho para ser una sociedad con equidad"

Hoy es habitual  llegar a una empresa o comercio  y ser atendido por alguna persona con discapacidad, ya sea motora  o intelectual, acción plausible de las empresas incluyentes, que no segregan y brindan oportunidad para todos.

Sin embargo, para ser una sociedad con accesos universales nos falta mucho. Esta semana conocí el caso de una muchacha que  había tardado para encontrar un empleo debido a su discapacidad y ahora que lo tiene llega tarde porque los camioneros al verla esperando el autobús no se detienen, ya que aparte de no pagar, esto significa un atraso en su tiempo, según los conductores.

Analicemos todas las aristas de la situación: por un lado la joven que debe esperar más de una hora para abordar alguna unidad y por el otro  el chofer que tiene un número limitado de personas especiales que puede llevar en su autobús al día; si se pasa, de su bolsillo debe salir para completar la tarifa. Hay otra cara, la empresa que no recibe subsidio  alguno por atender a esas personas y no existe un plan integral y especifico en materia de transporte público especial, quizá si seguimos la cadena se anexen decenas de eslabones.

Es así cuando nos damos cuenta que tener una sociedad para todos se complica, si nadie pone  de su parte, y es que el ejemplo que cito hoy solo habla de un tema “transporte”.

Ser una urbe con equidad involucra a todos, desde la transmisión de  los valores familiares hasta las políticas públicas aplicada por  las autoridades,  no solo es ser verdugos y sentenciar  a malos  o víctimas, es una tarea al unísono.