Los misteriosos huevos de Viernes Santo en Yucatán
05 de abril de 2012
El mismo día que el cristianismo acostumbra conmemorar la muerte de Jesucristo, varios fenómenos naturales asombran a los pobladores del Mayab, quienes veneran con profundo respeto la magia cósmica de Viernes Santo.
Durante décadas, las abuelas mestizas de Yucatán recolectaban huevos que las gallinas de patio ponían en Viernes Santo, cuyo interior no se pudre, sino que se seca misteriosamente, relata la señora Noemí Marbella Méndez Ku, cuya madre coleccionaba los huevos de Viernes de Dolores.
La celebración del Viernes Santo se rige por el reloj astronómico y el ciclo lunar. Es el primer viernes después de la primera luna lleva después del equinoccio de primavera.
Algunos científicos han tenido la curiosidad de realizar análisis químicos al contenido pulverizado de los huevos de Viernes Santo, que los antiguos mayas usaban con fines terapéuticos, como doña María Acacia Ku.
Todavía es un enigma si la posición de los astros en Viernes Santo ocasionan que la yema y la clara de los huevos de este día se conviertan en polvo y no se pudran o se queden “puc”, como se dice en maya.
Las abuelas mestizas recolectaban huevos el mismo día que conmemoran la muerte de Jesús, del cual el interior se seca.