Los campesinos yucatecos cambian sus alpargatas por los tenis

En los últimos años, la venta de alpargatas de cuero en el mercado Lucas de Gálvez ha disminuido 40% ante el cambio de gustos en los campesinos yucatecos, quienes prefieren ir al campo con calzado de material sintético, lamentan veteranos talabarteros.

Actualmente, los pocos clientes del puesto de don Armando Arcila son campesinos que encargan sus alpargatas de cuero con suela de llanta, niños que bailan en fin de curso y mestizos que estrenan este emblemático calzado yucateco en las fiestas de sus pueblos.

A la alpargata chillona únicamente le queda el nombre, pues ya perdió el sonido que la caracterizaba cuando caminaba el individuo las calzaba.

Semanalmente, el talabartero Armando Arcila, de 74 años, manifiesta que sólo vende de dos a tres pares de alpargatas, cuyo precio oscila de 120 a 160 pesos, según la calidad de los materiales.

Para don Armando Arcila la fabricación de alpargatas de cuero es un negocio en extinción que morirá totalmente cuando los actuales talabarteros se mueran.