“Las tribus de Morena…”

Hace unos días, el Universal publicó una nota en la que el diputado federal morenista Porfirio Muñoz Ledo acusó a su dirigencia “de traicionar a la izquierda, conducir al partido a la ruina ideológica y programática y poner en riesgo la mayoría morenista en la Cámara de diputados”. 

Es fácil imaginar la molestia del diputado Muñoz Ledo porque buscó la presidencia de Morena hace apenas unos meses pero la perdió ante Mario Delgado, sin embargo, pareciera que el fenómeno de las tribus empieza a apoderarse de Morena y no se logra entender por qué el presidente Andrés Manuel López Obrador no pone orden dentro de él. Ya en una ocasión dijo que si Morena se extravía, él haría otro partido, pero ¿por qué crear otro partido en lugar de hacer que funcione tal y como él lo imaginó? 

Es importante recordar que, cuando los tecnócratas se apoderaron del PRI, se dio la gran ruptura en ese partido político. Cuauhtémoc Cárdenas junto con Porfirio Muñoz Ledo fueron el referente del Frente Democrático Nacional, coalición que postuló al Ing. Cárdenas a la presidencia de la república en 1988. Del Frente Democrático Nacional  surgió el PRD, partido que llegó a presidir López Obrador y del que salió cuando la guerra entre las tribus le cerraron el paso y por eso decidió fundar Morena. 

Entre las cosas que llaman la atención es que, Cárdenas, Muñoz Ledo y el mismo López Obrador, acusaron en 1988 a Manuel Bartlett, entonces secretario de gobernación, de haber sido el responsable de la caída del sistema electoral que estaba dando el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas para luego anunciar que el ganador había sido Carlos Salinas de Gortari. Hoy en día, Manuel Bartlell es el director general de la Comisión Federal de Electricidad y Carlos Salinas el mayor enemigo de la 4T. 

Debido a tantos pleitos internos, la llegada de priístas a Morena y la fuerza que tiene don Andrés Manuel López Obrador es que me pregunto si la oposición que ha existido para que Felix Salgado Macedonio sea el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, es tan solo el resultado del fuego amigo al interior de Morena donde sus incipientes tribus empiezan a repartirse el botín con miras a las elecciones presidenciales de 2024.