Las Sillas Confidentes, una historia de romance y tradición en Yucatán

Las Sillas Confidentes, conocidas popularmente como “Sillas Tú y Yo” o “Sillas de Enamorados”, son uno de los íconos más distintivos y románticos del paisaje urbano de Yucatán, especialmente en el Centro Histórico de Mérida y sus principales parques.

Más que un simple mobiliario, representan una fascinante mezcla de influencia europea, tradición local y una pintoresca leyenda de celos paternales.

El origen de este peculiar diseño se remonta al Renacimiento Francés. La intención de este asiento, que unía dos sillones en forma de “S”, era permitir que dos personas conversaran manteniendo la cercanía, el contacto visual y la discreción, al tiempo que se respetaban las estrictas normas de comportamiento de la época.

Las Sillas Confidentes de hierro forjado se instalaron por primera vez en la Plaza Grande de Mérida en 1915, durante una remodelación, convirtiéndose rápidamente en un símbolo de la ciudad con un diseño único, que obliga a los ciudadanos a sentarse uno frente al otro con una barrera física de por medio. 

Una popular creencia local, particularmente entrañable para el Estado, relata el origen de estas sillas como un invento yucateco motivado por los celos de un padre.

Se cuenta que un hombre tenía una hermosa hija cortejada por un joven del pueblo. El padre, preocupado por mantener las apariencias y limitar el contacto físico entre los enamorados, inventó estas bancas.

Al estar en la plaza, los novios podían platicar y mirarse directamente, pero la forma en “S” impedía que se tomaran de la mano o tuvieran caricias inapropiadas, respetando así la moral de la época.

Hoy en día, más allá de la leyenda o su origen francés, la Silla Confidente se ha consolidado como un símbolo de romance y convivencia en Mérida, invitando a las personas a tomar un respiro o entablar una conversación. Las sillas se han vuelto un elemento esencial para disfrutar de la calidez de la ciudad y de sus tradiciones.