Las huellas del jinete que venció al misterio toro negro de Tabi
26 de octubre de 2012
Junto al cenote de la plaza de Tabi hay una piedra plana sobre la cual puede verse la marca de una herradura, que según los pobladores, es el casco del caballo de un jinete de corazón puro con quien el mal no pudo ejercer su fuerza.
El abuelo don Armando Moo cuenta que hace tiempo en Tabi vivieron dos amantes que decidieron deshacerse del ingenuo marido en las corridas del pueblo en diciembre. Con la intención de verlo muerto en el ruedo, la melosa mujer pidió a su esposo, un sencillo campesino, para que toree al astado más bravo de la fiesta.
Una mañana, de camino a su milpa, el esposo te topó con caballero extraño que se convirtió en un enorme toro negro. El oscuro jinete le reveló al campesino los planes de los amantes y le prometió que sería el torero más aplaudido.
El último día de la feria, el famoso campesino torero advirtió a los otros novilleros que, aunque el neurótico público les grite cobardes, se escondan cuando suelten al último toro al entrar al ruedo rompió los bajareques del tablado donde veían la corrida los amantes.
El maléfico animal atravesó a los amantes en cada cuerno y corrió en dirección al cenote. Un joven vaquero lazó al toro negro y siguió al animal antes que se arrojará a la boca del cenote de Tabi, que está junto a la iglesia.
El extraño toro negro se hundió en las aguas junto con sus dos víctimas, pero el jinete se salvó de ser arrastrado cuando su caballo clavó sobre la piedra uno de los cascos, dejando la huella del casco sobre la laja. Los pobladores dicen que el vaquero se salvó porque era un hombre de buen corazón.
Durante la fiesta de Tabi un toro negro se llevó el alma de dos amantes que planearon deshacerse del ingenuo marido en el ruedo del pueblo.