La resignación es el arma favorita del demonio: Papa Francisco

El papa Francisco en la misa de este martes en Morelia, Michoacán hizo un llamado a los religiosos a no caer en la resignación a la que llamo una de las armas preferidas del demonio, esto ante la violencia, la corrupción y el tráfico de drogas, ambiente que domina actualmente.

“Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras «sacristías» y aparentes seguridades; una resignación que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar. Nos quita la alegría, el gozo de la alabanza. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos frena para arriesgar y transformar”.

 Destacó que qué nos hace  bien apelar en los momentos de tentación a nuestra memoria y  el mirar la «madera» de la que fuimos hechos y que no todo ha comenzado con nosotros, y tampoco todo terminará con nosotros, por eso cuánto bien nos hace recuperar la historia que nos ha traído hasta acá.

Recordó al primer Obispo de Michoacán, Vasco Vázquez de Quiroga de quien dijo amó tanto ese  lugar que se hizo hijo de esta tierra.

“Con ustedes quiero hacer memoria de este evangelizador, conocido también como Tata Vasco, como «el español que se hizo indio». La realidad que vivían los indios Purépechas descritos por él como «vendidos, vejados y vagabundos por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos», lejos de llevarlo a la tentación y de la acedia de la resignación, movió su fe, movió su vida, movió su compasión y lo impulsó a realizar diversas propuestas que fuesen de «respiro» ante esta realidad tan paralizante e injusta”.

Expresó que de este sufrimiento de sus hermanos se hizo oración y la oración se hizo respuesta. Y eso le ganó el nombre entre los indios del «Tata Vasco», que en lengua purépecha significa: papá y que esa es la expresión a la que Jesús nos invitó: Padre, no nos dejes caer en la tentación de la resignación, no nos dejes caer en la tentación de la asedia, no nos dejes caer en la tentación de la pérdida de la memoria, no nos dejes caer en la tentación de olvidarnos de nuestros mayores que nos enseñaron con su vida a decir: Padre Nuestro.