La reforma fiscal hace que los pequeños comercios cierren
14 de enero de 2014
Al estrenarse el nuevo sistema de tributación en México, propietarios de pequeños talleres de Mérida gritan que la reforma fiscal les obligaría a despedir empleados, bajar sus cortinas y dedicarse el ambulantaje por toda la ciudad.
Antes las fábricas artesanales tributaban en el Régimen de Pequeños Contribuyentes (Repecos) mediante una cuota fija que pagaban en ventanilla. Actualmente les exigen que reporten sus ingresos y egresos del negocio en una computadora, emitan comprobantes electrónicos y contraten a un contador para que realice la declaración de impuestos.
En un recorrido que realizamos en el Centro de Mérida visitamos varios talleres para conocer como los “ahorca” la nueva reforma fiscal.
En un taller de reparación de alhajas, don Manuel Dzib augura que la nueva forma de tributar en Hacienda ocasionará que cierre su negocio, pues no tiene capacidad para responder a las demandas del nuevo régimen. Comenta que 80% de las platerías del mercado Lucas de Galvez ya cerraron ante la falta de clientes.
Los pequeños artesanos del Centro dicen que conocen algo de la reforma fiscal por la información que encuentran en los medios de comunicación.
Roberto Madera, administrador de la reparadora de calzado “Dany”, afirma que la reforma hacendaria afectará muy feo a los negocios de su giro, pues pagarán más impuestos y tendrán menos clientes si suben el precio de reparación para compensar el dinero que se llevará el Sistema de Administración Tributaria (SAT). Como último recurso ve la posibilidad de reducir su plantilla laboral.
El modisto Paulino Xavier May Chan, de la sastrería “May” expresa que en moribundo negocio no pueden aumentar los precios finales al cliente por la nueva carga tributaria. Considera que lo mejor es bajar la cortina de la sastrería y dedicarse al ambulantaje o la venta de comida en distintos puntos de la ciudad.
Al estrenarse el nuevo sistema de tributación en México, propietarios de pequeños talleres de Mérida gritan que la reforma fiscal les obligaría a despedir empleados, bajar sus cortinas y dedicarse el ambulantaje por toda la ciudad.