“La polarización en México… y una familia”

La semana pasada, un amigo de la familia vino a Mérida. Fue un viaje relámpago y se quedó a dormir una noche en casa. 

Él, junto con su familia, vive en Ciudad de México. Su esposa es seguidora de AMLO desde 2006, de las que lo acompañó en el plantón de Reforma. Por su parte, nuestro amigo es panista y seguidor de Margarita y Calderón. Desde hace años, nuestro amigo y su esposa decidieron no hablar de política en casa, para evitar el divorcio y concentrarse en crecer a sus dos hijas y su muchacho. 

Debido a la pandemia, nuestro amigo se quedó sin trabajo. Hace año y medio que no consigue tener ingresos a pesar de haber intentado varios proyectos. Su esposa, en cambio, logró dar cursos por internet que les han permitido cubrir el día a día. 

Del Covid se cuidaron muchísimo. La hija mayor ve a Hugo López-Gatell todos los días, desde que inició la pandemia. Confieso que cuando nos lo comentó, me quedé incrédulamente sorprendido. Y aunque mucho se cuidaron, la visita de un sobrino suyo hace un par de meses, llevó el Coronavirus a casa. El sobrino había estado encerrado durante toda la pandemia pero salió para ser confirmado. Todo indica que en esa ceremonia contrajo el virus. 

La visita de nuestro amigo a Mérida es porque está buscando trabajo. Las obras del tren maya podrían ser una opción. A su esposa le emociona pensar que su marido encuentre trabajo en el tren maya aunque a él le interesa Yucatán porque es gobernado por el PAN. 

Desconozco cómo terminará esta historia, pero la comparto porque mucho hemos escuchado de la polarización que se vive en México. Sin embargo, esta familia, en la que los dos varones están con el PAN y la hija mayor y la mamá con AMLO, sigue unida luchando por salir adelante. 

Este caso me dejó pensando en la importancia de trabajar unidos a pesar de nuestras diferencias. Puedo estar equivocado pero quizás, uno de los aciertos de Yucatán, ha sido que nuestro gobernador, Mauricio Vila, ha trabajado en armonía con nuestro presidente, López Obrador. Se dice fácil, pero créanme, no es poca cosa.