"La discriminación sobre ruedas"
26 de junio de 2017
Un buen día a dos organizaciones españolas se les ocurrió que era excelente idea comprar un autobús y rotularlo con un mensaje que diga “LOS NIÑOS TIENEN PENE, LAS NIÑAS TIENEN VULVA. QUE NO TE ENGAÑEN” y acompañarlo con el hashtag #ConMisHijosNoSeMetan
Estuvo dando vueltas en España, luego en los Estados Unidos y claro, llegó a México traído por una organización llamada Consejo Mexicano de la Familia, quien se ha autonombrado portavoz de la preocupación de TODAS las familias de México. La llegada del autobús para estas fechas tiene una intención. Lo hicieron coincidir con la 47 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, que por primera ocasión se realiza en territorio nacional. Pero ¿Cuál es el objetivo de manifestarse ante la OEA? Sucede que el reconocimiento en materia de identidad de género y de orientación sexual han tenido un notable desarrollo en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, no sólo reconociendo derechos a estas poblaciones sino que plasmándolo en resoluciones y creando relatorías e informes especiales sobre lo LGBT. Obviamente, para un grupo de organizaciones esto es lo que llaman la “ideología de género”. Un concepto conspiranóico que han creado para sembrar miedo a la población y para, al mismo tiempo, justificar la desigualdad y negar la realidad social.
El lema del autobús busca también frenar los avances que el movimiento transgénero/transexual ha logrado en varias partes del mundo, incluyendo España. En Chile, por ejemplo, se está discutiendo un proyecto de ley que busca acabar con la discriminación y la violencia en contra de niños y niñas trans. Esto último constituye el terror de estas agrupaciones de ultraderecha, que creen que el género y sexo es lo mismo, que creen que hombres y mujeres somos iguales en cualquier parte del mundo y que las mujeres se han comportado, vestido y aspirado a lo mismo en todos los lugares y en todos los tiempos.
El autobús trae un mensaje transfóbico, pretende negar la realidad de que una cosa es el sexo y otra el género y que si bien alguien nace con el sexo masculino eso no significa que necesariamente se vaya a identificar con lo que hemos construido culturalmente como propio de los hombres. Ningún niño, niña o joven debe vivir discriminación alguna por ser trans y mucho menos tener que aguantar una campaña sobre ruedas que diga que lo que sienten y con lo que se identifican está mal.
También ha sido lamentable la respuesta de la opinión pública, pidiendo que se “respete” el mensaje del autobús y que hay que ser “tolerantes” con todas las ideas. No sé cuándo y cómo entendieron que la libertad de expresión no tiene límites o que hay que ser condescendientes con mensajes que atacan directamente a las personas y cuya intención es invisibilizar e invalidar la existencia de la niñez trans. Estamos en el siglo XXI, la democracia y la tolerancia no son infinitas, no todos los mensajes se pueden “tolerar” o “respetar”. Nadie toleraría un mensaje que diga “La violencia contra las mujeres no existe, que no te engañen” o uno que diga “El color de piel más bonito es el blanco, que no te engañen”. Quienes conocemos padres y madres con hijos e hijas que se identifican con otro género no podemos estar de acuerdo y quedarnos callados ante estas acciones del Consejo Mexicano de la Familia que, si tanto le interesan, debería saber que cada día hay más familias que están de acuerdo con la educación sexual y que enseñan a sus hijos desde temprana edad a respetar a toda la diversidad sexual e identidades existentes.
Evidentemente no tienen idea de que la familia hace mucho tiempo que cambió y sus estrategias causan risa porque sencillamente viven mentalmente en otra época.
Nota escrita por
Armando Rivas Lugo
El Zarpazo