"La Casa de la Joven" del Caimede, proyecto para transformar a jóvenes en cisnes

23 de enero de 2014

"La Casa de la Joven" del Caimede, proyecto para transformar a jóvenes en cisnes

“¿A dónde iré ahora que tengo 18 años?, ¿Qué pasará con mi vida? No tengo a donde ir. No quiero regresar a mi entorno familiar”, se pregunta con una mezcla de incertidumbre y esperanza Vanesa, una joven de 18 años que reside en el Caimede y a quien por razones de anonimato hemos cambiado el nombre en este reportaje.

En los tres años que ha vivido en la institución, la muchachita descubrió un sueño: estudiar para doctora, una revelación profunda que le muestra que sus heridas del pasado, que hoy sanan, no marcarán su destino de ahora en adelante.

Se vislumbra en unos años como médico cirujano que cura a niños y adolescentes, tanto en las lesiones físicas como en aquellas heridas del alma que no se ven, pero cuyas cicatrices comunican las victorias de una persona ante las luchas de la vida.

Por reglamento, los huéspedes del Centro de Atención Integral al Menor en Desamparo deben cobijarse en otras instituciones para continuar su desarrollo humano, las cuales desgraciadamente no hay en Yucatán. Y eso preocupa mucho a Vanesa, quien ha recuperado en el Caimede la confianza, la seguridad, la salud y el optimismo, energías vitales que se durmieron en su infancia menos feliz.

El Caimede cobija bajo sus alas chicos que no tienen un hogar o perdieron la seguridad en sus casas. Recién nacidos que dejan en los hospitales o que sufren maltrato en  sus casas, donde dejan de sentirse a salvo.

“Aquí he encontrado personas muy buenas”, relata la joven quien atestigua que en los parte aguas de la vida hay personas dispuestas a sostenerte cuando las fuerzas te hacen mucha falta. Uno de esos ángeles es la fundadora y directora del Caimede, María Cecilia Peniche Mendiburu, cuya misión es que las adolescentes dejen para siempre el pantano del pasado y se conviertan en hermosos cisnes, como se merecen.

La maestra Peniche Mendiburu impulsa el proyecto “La Casa de la Joven” para que señoritas como Vanesa continúen su crecimiento personal hasta que del árbol de enseñanzas que nutren en el Caimede cuelguen los mejores frutos. Recientemente visitó la institución una antigua residente que ahora es educadora, esposa y madre de tres niños.

En “La Casa de la Joven” Vanesa encontrará alojamiento, alimentación, acompañamiento profesional y guía para encaminar a su ritmo sus sueños personales, espirituales y profesionales. Se pretende concretar el plan en el transcurso del año.  Actualmente en el Caimede viven 51 jóvenes de 13 a 18 años, 14 de ellos varones y 37 mujeres.

Cuándo el reportero le preguntó a Vanesa qué representa la directora del Caimede para ella,  espontáneamente de su corazón surgió la respuesta sincera: “A mi madre”.

La semana pasada, cinco jovencitas del Caimede que cumplieron 15 años viajaron a Cancún con la directora María Cecilia Peniche Mendiburu como regalo de cumpleaños, un paseo que siempre les recordará una verdad eterna: nadie puede comprenderte y amarte mejor sino aquella persona quien ha llorado más en la vida.

“¿A dónde iré ahora que tengo 18 años?, ¿Qué pasará con mi vida? No tengo a donde ir. No quiero regresar a mi entorno familiar”, se pregunta con una mezcla de incertidumbre y esperanza Vanesa, una joven de 18 años que reside en el Caimede y a quien por razones de anonimato hemos cambiado el nombre en este reportaje.

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