"Fue trágico ver tanta calamidad"

22 de septiembre de 2014

"Fue trágico ver tanta calamidad"

José  Jesús Salazar Ramos se encontraba la mañana del jueves 19 de septiembre de 1985 en el Parque Hundido de la colonia Nápoles en la ciudad de México realizando ejercicio como acostumbraba todas las mañanas cuando de repente sintió que la tierra temblaba, se comenzaba a sentir el sismo de 8.1 grados que cobró alrededor de diez mil vidas.

El profesor Salazar Ramos, oriundo de Progreso, Yucatán y que en ese entonces realizaba estudios de técnica dental y ortodoncia en un plantel del Conalep nos comparte su testimonio de lo vivido ese día:

“Estaba en un parque, yo solía hacer ejercicio todas las mañanas y esa mañana fue sorpresivo porque mientras hacía unas lagartijas, de pronto sentí que vibraba, pensé que era el cansancio pero no, era el temblor. Vi como se reventaban los cables, se agrietaban las paredes y todo la vibración del temblor. Es algo increíble, fue una gran impresión y luego, no tener donde comer, donde tomar agua” comentó.

Agrega el entrevistado quien contaba con 20 años de edad el día del sismo, que todo el panorama en ese momento era de crisis y temor entre la gente.

“Recorrí la ciudad, fui a Tláteloco y otros lugares y terrible todo, todas las emergencias que se daban se prestaban para auxiliar a las personas. Yo solía ir al Hospital General a tomar audiología y foniatría, ahí tomaba terapia pero se derrumbó todo, luego recorrí la ciudad y fue trágico ver tanta calamidad” indicó.

En el Hospital General de México,  la Unidad de Ginecología y la de Residencia Médica quedaron completamente destruidas. Sólo ahí fallecieron 295 personas entre personal médico y pacientes entre ellos varias mujeres con sus hijos recién nacidos.

El docente nos relata lo dramático que fue recorrer en auto la ciudad al día siguiente al momento en que ocurrió una réplica cuando se dirigía para ir a ver a sus familiares al sur de la ciudad y el drama de lo observado durante ese recorrido y los días posteriores a la tragedia:

 “Ir en auto y sentir el temblor es terrible estar manejando y ver que caen de los edificios vidrios y piedras es increíble, al igual que lo fue ver la pérdida de vidas porque no podían ser rescatadas. Había un niño se mencionaba que estaba vivo bajo los escombros que después de dos o tres días lograron rescatarlo. Fue algo increíble. Los que eran rescatados se habían estado alimentado de su orina o sus heces para poder subsistir” señaló.

Por último el Salazar Ramos explica que a 29 años de distancia para él aún es muy difícil narrar lo vivido ese día debido a que le afectó mucho emocionalmente y que a raíz de ese suceso regresó a Yucatán en donde desde hace 20 años se dedica a la dar clases de inglés en una primaria de la Villa de Tecoh.

diseño venta en línea