Estiran y encogen para ajustar el gasto en la despensa.

24 de julio de 2013

Estiran y encogen para ajustar el gasto en la despensa.

Motivados por el incremento constante en los precios, desde el combustible hasta lo más elemental de la “canasta básica”, los meridanos no sólo se han visto obligados a suprimir algunos artículos de su dieta, sino que ya aprendieron a correr tras las ofertas o, simplemente, a apretarse el cinturón.
La vida está de la patada, diría alguno de nuestros entrevistados. Todo sube, menos el salario de los trabajadores. Ya todo es demasiado caro, eso nos obliga incluso a comer menos, diría otro.
En un recorrido en el Centro de la ciudad, preguntamos ¿de qué manera les afecta el alza de precios a la economía?, ¿en qué productos se ha resentido más el incremento? Y ¿si han modificado su alimentación obligados por esos aumentos?

\\\\\\\\\\"Pues solo compro lo mínimo porque hay que esta de oferta hay que no, a veces sube el suavitel lo que más se usa, a veces no comemos nos limitamos, casi no hay trabajo con tres niños, pues todas las mercancías que suben ya no compramos tortillas, ya no comemos más cosas, compramos menos, la verdad no compro mucho, es quien hace las compras, el frijol, arroz, bastante en sus cosas de los bebés en lo que son los frijoles es lo que está más caro, pollo y huevo demasiado caro; si apenas alcanzaba hay que estirar más; lo que es comestible frijol, arroz, azúcar, gastar en menos cosas que no valen la pena; si estas acostumbrado con el alza tienes que recortar tanto porción, si puede ser porción o buscar más económico, buscar ofertas, las verduras, carnes, buscas opciones, de la patada porque sube todo los productos y el sueldo de uno no sube; carnes, leche todo lo que consumen los niños; lo que viene siendo el salario no sube ni nada pues todo, ya subió el puerco, la carne, todo ya subió\\\\\\\\\\" comentaron.

Las amas de casa son las que tienen la tarea de estirar y encoger el gasto para poder comprar meramente lo necesario y no gastar de más, puesto que el salario mínimo sigue siendo el mismo. Al parecer, su talón de Aquiles son los refrescos y la comida chatarra, donde sus restricciones son mínimas.

Incluso, se han visto forzadas a modificar su alimentación, es decir variar el menú diario para no resentir el gasto.

En un recorrido en el Centro de la ciudad, preguntamos ¿de qué manera les afecta el alza de precios a la economía?

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