En la opinión de Andrea Zapata

El Estado ha sido testigo de recientes y dolorosos casos de crueldad animal, un llamado de atención brutal sobre la falta de consciencia humana en nuestro entorno.

Cuando hablamos de “Consciencia Animal” nos referimos a nuestra obligación ética y moral de ser conscientes de la vulnerabilidad de los animales, de su capacidad de experimentar dolor y sufrimiento, y de nuestro deber de protegerlos.

La negligencia, el abandono y la crueldad son el resultado directo de la inconsciencia o indiferencia humana ante el valor de la vida animal. Ser conscientes con ellos implica principalmente reconocer el sufrimiento de los animales a través de la empatía, entender comportamientos simples como que el encierro prologando o la falta de alimento causan un dolor real y evitable que al final también es considerado maltrato animal.

También es importante asumir la total responsabilidad del animal que estamos cuidando, dimensionar que tener una mascota es un compromiso serio y una responsabilidad exclusiva que dura toda su vida. En este proceso también es importante priorizar siempre el bienestar de los animales, tomar decisiones que beneficien su bienestar sobre la conveniencia o el capricho personal.

Los recientes actos de maltrato nos obligan a ser inflexibles en nuestras decisiones, demostrar que nuestra consciencia es un acto diario, sin importar si somos dueños o no de alguna mascota. 

Adoptar y no comprar es una de las frases que siempre resuena cuando hablamos de consciencia animal, pero que pocas personas siguen poniendo en práctica. No hablamos de especies o razas, es una vida que se puede salvar. Al adoptar, cerramos la puerta a las industrias de cría que a menudo priorizan el beneficio sobre la vida, y ofrecemos un hogar seguro a un ser que lo necesita urgentemente.

La verdadera medida de nuestra humanidad no está en lo que esperamos de los animales, sino en lo conscientes que somos nosotros de nuestro deber hacia ellos. Seamos la voz, la protección y el respeto que merecen, la lucha contra el maltrato comienza con nuestra propia consciencia y nuestras acciones.