“En busca del Dr. Frankenstein, ¿quién podrá rescatar al PRI?”

17 de junio de 2021

“En busca del Dr. Frankenstein, ¿quién podrá rescatar al PRI?”

El pasado proceso electoral fue, para propios y extraños, el “termómetro”  de la política mexicana, una medición de fuerzas rumbo “a la grande”, y al parecer el gran perdedor fue el Partido Revolucionario Institucional. Al menos en Yucatán éste partido se encuentra hoy con los números más bajos de su historia y una división interna jamás imaginada. 

De los 51 municipios que gobernaba sólo le quedan 40, de las… Diputaciones locales y federales por primera vez en su historia no ganó ni una sola de mayoría, se quedó con 3 locales y una federal, pero todas éstas de representación proporcional. 

Desde luego es  una derrota histórica para un partido que ha sabido ser fuerza política en el poder, y  con estos resultados pensamos que la  urge analizar ¿Qué le está restado, qué lo está fraccionándolo? ¿Qué hizo o dejó de hacer para convertirse en el sitio que hoy ocupa?

Recordemos tan solo que de los 10 candidatos a la alcaldía de Mérida 5 fueron ex priistas y recalcitrantes en su momento, cuando existían  esos líderes morales que movían masas en la llamada Casa del Pueblo, a tantos años de esos tiempos, la pregunta aún sigue al aire, ¿Quién tomaría la batuta tricolor para unir los pedazos que quedan regados en un panorama de incertidumbre partidista? 

Muchos son los priistas que han manifestado su desagrado con esta, reciente derrota en las urnas, tantos quizá como quienes abandonaron al partido antes de la contienda y se aliaron o afiliaron a otros partidos. 

La gran interrogante hoy es quien tendría los tamaños para tomar las riendas del PRI, retomar sus desechos, recoger sus cenizas y, quizá con el doctor  Frankenstein, hacer un ente capaz de continuar en la lucha del México partidista. 

La caballada priista está cada vez más flaca. A la cabeza se encuentran hoy el famoso gordito Marín, el último pez grande que regresará al Senado de la República y cabría suponer que desde allá reforzará su lucha por la gubernatura del Estado, y desde la Cámara Baja, Pablo Gamboa Miner,  quién alcanzó un escaño en la Legisla tura a pesar de perder contra el clavadista Romel Pacheco en el tercer Distrito pero, hijo de papi al fin, llegó porque el PRI lo colocó en el sitio adecuado de las pluris.

Dos perdedores quienes al parecer le hacen espacio a un tercero, Mauricio Sahuí Rivero quien salió derrotado en la contienda de hace tres años pero ahora manifiesta, según sus redes sociales, que está en pleno entrenamiento  para estar en forma. Su mensaje fue el siguiente: “entrenando porque esto apenas empieza”, dando así mucho de qué hablar. ¿Qué estará por empezar?  

A ese ya negro panorama tricolor, o tal vez causante de esa negrura, se suma que en el PRI no existe un liderazgo, al menos visible, que reúna lo que queda de ese partido, el daño causado por las escisiones para definitivo y mortal. 

 Su recuperación se antoja misión imposible o al menos tarea extrema y, analizando posibilidades, quizá la de mayores arrestos para reconformar al PRI sería la diputada Dulce María Sauri, dado que acumula la experiencia suficiente y la calidad para hacer un buen papel en esa nada apetecible labor.

Dulce María, socióloga, doctora en Historia y hoy presidenta de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, ha sido, entre otros muchísimos cargos nacionales e internacionales, presidenta local y nacional del PRI, gobernadora del Estado, diputada federal y senadora de la República, goza de prestigio social, político y económico y, además, es una figura hegemónica de la llamada vieja guardia. 

No vemos en el panorama alguien más con los arrestos suficientes, pero este problema se lo dejamos a los priistas, a ellos y sólo a ellos compete la solución que parece misión imposible.

escrito por:

Rigel Alonzo

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