El Espejo Roto

El día de hoy, 21 de marzo, inicia la primavera. Para los yucatecos, este día significa ¡caloooor! Todavía nos quedan algunos días en que hará fresco por las mañanas, porque hay quien dice que solo hasta que llega la Pascua, el calor arraiga. Quizás nos toque la llegada de algún frente frío que despistado durante el invierno, no se presentó. Pero nuestra realidad apunta hacia los días secos y calurosos de abril y mayo. Las quemas y los incendios pondrán la atmósfera más turbia y caliente. Nuestro físico y nuestra mente sufrirán los estragos del calor y sus características consecuencias. El sudor será nuestro fiel acompañante y todos recordaremos que somos hijos del Mayab. Ante este panorama, es obvio que nos preguntemos ¿por qué la cultura occidental festeja como festeja la temporada primaveral?

De entrada, entre las imágenes que resaltan del espejo roto, observamos que los mexicanos, más allá de la primavera, festejamos el natalicio de Benito Juárez. Mexicano al que bien vale la pena recordar por su tenacidad, su inteligencia y su espíritu republicano. Primer indígena en ocupar la presidencia de la República, cosa que se dice fácil pero que solamente, al conocer y reflexionar su biografía, podemos aquilatar. Entre los pedazos del espejo se reflejan los memes que vienen circulando, agradeciendo al Benemérito de las Américas el sabroso puente que vivimos este fin de semana. Por cierto, me topé con un cuate algo despistado que al escuchar benemérito del América, piensa en Carlos Reinoso ¡Qué cosas!

Regresando al espejo, entre sus restos, me brinca un reflejo que tiene por fecha el 23 de marzo. En el observo que hace 23 años, el candidato del PRI a la presidencia de la República, fue asesinado. El mito popular dice que el poder lo mató, porque en su discurso dejó en claro su visión transformadora e incluyente. Su imagen trae a mi memoria algunas de las palabras que pronunció:

"Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso..."

"Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales."

Aquel hombre fue Luis Donaldo Colosio, quien buscó la silla que ocupó Benito Juárez y que sin embargo, las fuerzas obscuras del entramado social, le impidieron llegar.

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