El espejo roto
07 de febrero de 2017
El pasado 5 de febrero festejamos los 100 años de la promulgación de nuestra constitución. Se antoja decir que la constitución es el convenio que hemos firmado los nacidos en México para convivir en sociedad. En el acto conmemorativo, el presidente Enrique Peña Nieto llamó a la unidad de los mexicanos, pero no alrededor de una persona o gobierno, sino la unidad alrededor de los valores emanados de la constitución: soberanía, libertad, justicia, democracia e igualdad. Frente al espejo es difícil encontrar un mexicano que no presuma de ostentar estos valores...
Pero al observar el reflejo en los fragmentos del espejo roto percibo que:
- Se vende soberanía cada vez que alguien protege su dinero al comprar inmuebles fuera de México.
- Se refleja el yugo de la reacción sobre las minorías que, teniendo derechos en la propia constitución, son menospreciadas por las mayorías que califican de libertinaje todo lo que atenta contra sus intereses o costumbres.
- Deslumbran las escenas de injusticia que constantemente dejan en la impunidad los agravios del poderoso frente al ciudadano común y corriente.
- Gastamos demasiados recursos en una democracia desconfiada y corrupta, administrada por los intereses de los partidos políticos.
- Nos alejamos de la fraternidad y solidaridad necesarias para construir tejido social en lugar de volcarnos en una especie de cruzada para mejorar los índices de igualdad que confirman la pobreza en la que aún viven millones de mexicanos.
El espejo roto refleja problemas complicados que mantienen a México en el subdesarrollo. A cien años de promulgada, observo más el manoseo realizado a nuestra constitución que un trabajo eficaz orientado a tener el país que visualizó el constituyente de 1917.
Lamentablemente, México aún conserva muchas regiones y estructuras sociales impregnadas por la superstición, la discriminación y el valemadrismo. Aún queda mucho por hacer y no está por demás darnos unos minutos para reflexionar si soy parte de los mexicanos que aportan a la unidad a partir de los valores que inspiraron al constituyente cuando se redactó nuestra constitución.
Nota escrita por
Bernardo Laris
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"La constitución: un acuerdo muuuy manoseado..."
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