El carnaval de Mérida data del siglo XVI hasta la actualidad

08 de febrero de 2024

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Al ir muy de mañana al noticiero, me encontré la calle 62 en el tramo que corresponde al palacio municipal de la capital yucateca cerrada, conos naranjas indicaban a los automovilistas que debíamos dar vuelta a la derecha, justo donde se asentaba el gran Café Louvre, 61 con 62.

 

Un escenario instalado casi en el cruce de las calles 63 y 62 tenían un escenario el cual recordé serviría para la llamada “Quema del mal humor”, lo que da inicio a las fiestas carnestolendas de la ciudad.

 

Fue cuando las preguntas saltaron hacia a mi como moscos molestos que zumban al oído.

 

¿Desde cuándo se hace eso en Mérida? ¿Cuál es el motivo cultural que lleva a una ciudad a realizar ese tipo de actividades?

 

Consultando algunas publicaciones “oficiales” estas indican  literal ,que Don Luis Céspedes de Oviedo introdujo en la sociedad de fines del siglo XVI los bailes, saraos, convites y fiestas de máscaras, causando indignación entre quienes consideraban que estas actividades eran precursoras de futuras deshonestidades. Algunos historiadores sugieren que fue el gobernador Don Guillén de las Casas quien, entre 1578 y 1582, inició, en la Mérida de los Montejo, las fiestas carnestolendas para que, antes de la abstinencia severa de la cuaresma, la gente tuviera una forma alegre de expansión.

 

El carnaval de Mérida data del siglo XVI hasta la actualidad

 

En el siglo XVIII, los días domingo y martes de carnaval eran celebrados con gran pompa en la alameda que el gobierno de Lucas de Gálvez construyó. Eran fiestas en las que participaba la gente adinerada ante la expectación curiosa del pueblo, en su mayoría indígena. La clase media poco a poco fue incorporándose a estas festividades. Los carnavales a mediados del siglo XIX duraban tres días; posteriormente se ampliaron a cinco y para cerrar el ciclo, ya había la costumbre del "entierro" de Juan Carnaval. A finales del siglo XIX Mérida no contaba con nomenclatura alguna y se orientaba a la gente por los nombres de las esquinas que llevaban títulos simpáticos como "el porro", "los dos toros", "la perdiz", "el tigre", "la cruz verde", "el moro", "la culebra". Estas esquinas eran el paso para los desfiles que se iniciaban en la sociedad "La unión". En el bando había jinetes, calesas, carretas, bolanes, diligencias y hasta carretillas con personas disfrazadas con elegancia y buen gusto, que derrochaban dinero para sobresalir y divertirse. Tiraban flores y perfumes a la gente que contemplaba el espectáculo.

 

También comparte que las sociedades la Lonja Meridana, el Liceo y la Unión fueron, en el tiempo que les correspondía, las que le dieron más realce al carnaval meridano. Fue el Liceo de Mérida el que organizó por primera vez, a finales del siglo XIX, el paseo del viernes bautizado con el nombre de "corso" o "paseo de fuego", para luego dar continuación a la llamada fiesta de la carne como la vivimos en nuestros días, organizadas ahora  para la autoridad del municipio, con la Quema del Mal Humor, el infantil, el viernes de corso, sábado de fantasía, domingo de bachata, lunes regional, martes batalla de flores y se cierran los 8 días con otra quema , la de Juan Carnaval personaje que data  desde 1908.

 

Esto es solo una pequeña parte y versión de la gran historia e influencia religiosa y cultural que da pie al carnaval que hoy conocemos, que sin lugar a duda inyecta no solo color y alegría a  Mérida, pues durante esos días, la administración municipal, publicita la actividad y convoca a la sociedad para ser parte de ella, generando turismo local e internacional lo que activa la  economía sobre todo en el sector de servicios.

Información de

Rigel Alonzo

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