Editorial del 24 de Febrero de 2012
27 de febrero de 2012
Hoy, 24 de febrero, celebramos el dÃa de la bandera. En su escudo aparece el águila devorando una serpiente. Al observarla, hondeando sobre el fondo blanco, flanqueada por el verde que invita a la esperanza y el rojo siempre aguerrido, se recuerda una constante de la historia de México: El pleito entre hermanos. Tristemente, todos nos sentimos serpientes que estamos siendo devorados por el adversario, desgraciadamente todos deseamos ser águilas para acabar con los que no son de nuestro partido. Y esto viene a colación, porque antier, los consejeros del IFE, le echaron la culpa al Tribunal Electoral por cumplir su labor al aplicar los lineamientos que dicta la ley. Pero el problema no está del lado de los jueces, el problema es que los consejeros no hayan visto al verdadero culpable de esa ley: ¡El legislador de 2007! Muchos de ellos son todavÃa senadores. Ellos son los culpables por haber votado a favor de la actual ley electoral, llegando al grado de cambiar la Constitución. Fueron muchos los mexicanos que advirtieron que la nueva ley era inoperante, todo un atentado contra de la libertad de expresión, además de ser inhibidora de la participación ciudadana. Pero esa ley nació para favorecer el capricho de los partidos, en particular del PRD. Hoy en dÃa, los consejeros del IFE, que al parecer están más vinculados con los partidos polÃticos que con la ciudadanÃa, aprovechan los problemas que se veÃan venir, para buscar un chivo expiatorio y no apuntar al verdadero culpable, el legislador del año 2007.
A los legisladores ¿Y su mea culpa?