“Dime a quién sigues y te diré quién eres…”

En el bachillerato existe una materia que era menospreciada por el alumnado ¡o al menos en mi generación!-  la lógica-, nos preguntábamos ¿para que servirá?.. A tantos años de esa interrogante la semana pasada me respondí y favorablemente. 

Nos sirve en la vida diaria y más ahora cuando por pandemia estamos encerrados, ya que somos bombardeados de hechos que son relatados con tanta convencimiento que los tomamos como verdades, es decir una falacia popular, mientras más se repita más credibilidad adquiere sin someter a juicios. 

Este fenómeno se da más ahora cuando en manos equivocadas cae una información que puede ser manipulada para fomentar en nosotros juicios parciales sin darle cabida a la lógica de los hechos. 

Por eso la importancia de fomentar gente pensante, capaz de tomar determinaciones o juicios a partir analogías, silogismos; en fin lógica. 

Para tener el pulso de la realidad o verdad, uno por ética debe aplicar los principios que implican un trabajo profesional y no un intento de tergiversación para adquirir un bien inmediato,  como hoy en día  son los LIKES en las redes sociales, sin importar el contenido o veracidad de los hechos. 

Resumiendo la idea no podemos seguir a líderes que carecen de un sustento  lógico y cabal en sus premisas, porque muchos de ellos eso buscan, la verdad a medias para manipular masas a través de la ignorancia, faltándole el respeto a su público al pensar que no hay poder de discernimiento. 

Tal parece que en estos tiempos el refrán ya mutó y ahora reza: Dime a quien sigues y te diré quién eres.