Denuncian chantaje de la Policía de Mérida
13 de octubre de 2017
Efraín Peniche Gorocica como todas las mañanas, llegó este jueves a las ocho de la mañana a abrir su negocio que se encuentra sobre la calle 66, entre 65 y 67 del centro capitalino. Abrió la cortina y empezó a sacar los letreros que identifican su comercio, pero esta vez sacó uno más.
Un cartel con un mensaje directo a la policía municipal que citaremos a continuación, pero por motivos de responsabilidad y educación, suprimiremos una palabra que puede ser considerada como soez y vulgar: “La policía municipal es una… y corrupta”, el mensaje continuaba con otra frase altisonante.
La exposición del cartel tenía un motivo…
“Cuando llego en la mañana para levantar la cortina y entrar a mi negocio, la policía municipal se la pasa extorsionándome con el pago de los refrescos para estacionar mi vehículo”
Peniche Gorocica, dice que ni siquiera estaciona en la calle. Su negocio es un hibrido que funciona como estacionamiento y una venta de mueble. Sólo que en el momento en el que llega, si se ve en la obligación de obstaculizar por un breve periodo de tiempo un tramo de la vía, mientras abre la cortina de su comercio.
“Ya lo reporté con Mario Arturo Romero y nunca da la cara ya pasé la queja a la presidencia municipal a Mauricio Vila y tampoco tengo respuesta”
El comerciante asegura que no es solo un policía. El intento de extorsión viene de acuerdo con el personal de guardia por parte de los uniformados.
“Me amenazan con multarme que no me quieren ver con el carro parado o con que se lo van a llevar con la grúa”
Peniche Gorocica tiene 20 años con su negocio en el Centro Histórico de Mérida, y asegura que esta situación se ha venido repitiendo en los últimos tres meses.
“De hace tres meses para acá andan fregando, como van cambiando de turno son diferentes pero casi siempre son los mismos”
El letrero está a la vista de todos los que circulan por la referida calle y expresa claramente su intención: “No a la mordida”.
Nota escrita por
Ronald Rojas
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Un comerciante asegura que, bajo amenazas, los elementos le piden dinero para su “desayuno”