De ver a la muerte de frente, en la inmensidad del mar, pasar por la Bojorquez, por Caucel, hasta ser una estrella de las grandes ligas

09 de noviembre de 2023

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Su fenotipo denota que es del caribe, su acento es evidentemente cubano, pero asegura que su corazón está en México, específicamente en Yucatán. Es parte de la vida que hoy célebre en las grandes ligas de las Rayas de Tampa Bay, Randy Arozarena, quien recuerda que no siempre ha estado en la cima del deporte o del mundo.

 

“Yo siempre le voy a agradecer a México por la oportunidad que me está dando, por aceptarme como un Mexicano más, me siento muy feliz con tanto apoyo, aquí en el país todo el mundo me echa buenas energías, siempre me están apoyando en cada campo que voy, los mexicanos siempre están presentes y eso me hace sentir orgulloso de mí mismo por el cariño”.

 

Como cientos o miles de cubanos, Arozzarena decidió hace ocho años abandonar su país natal. Su salida fue la vía marítima y retar a la inmensidad del mar, a su fauna y a sus peligros.

 

“Salí, me escapé de Cuba en una lancha y llegué a este país en alta mar. Cuando se está en alta mar piensas que estás a punto de morirte, que te vas a morir en cualquier momento, uno siempre se encomienda a Dios para llegar bien y gracias a Dios hoy estoy aquí”.

 

De ver a la muerte de frente, en la inmensidad del mar, pasar por la Bojorquez, por Caucel, hasta ser una estrella de las grandes ligas

 

Luego de burlar a la muerte, comenzó una nueva vida para el jugador antillano, hoy naturalizado mexicano y con identidad yucateca.

 

“Yucatán para mí es la ciudad que me abrió los brazos después que salí de Cuba en el 2015, esta fue la ciudad que me agarró fuerte, esta fue la primera liga profesional para un comienzo con una trayectoria de mi carrera, en la liga meridana, jugué con los Naranjeros, los Rockies de Caucel, los Senadores, yo me siento agradecido con todas las personas yucatecas, con todo lo que se me brindo, me siento en casa, desde que salí de Cuba, yo agarre a Mérida como mi casa”.

 

De la liga meridana, firmó con los Cardenales de San Luis y se convirtió en estrella con las Rayas de Tampa Bay. Su participación en el Clásico Mundial del Beisbol con la selección mexicana fue su consagración. Ahora, como mexicano y también como cubano, sigue a los peloteros de ambos países. Por ejemplo, externó su orgullo hacia Adolis García, quien acaba de coronarse campeón en las mayores con los Rangers de Texas.

 

De ver a la muerte de frente, en la inmensidad del mar, pasar por la Bojorquez, por Caucel, hasta ser una estrella de las grandes ligas

 

“Yo me escapé de Cuba, él estaba jugando en Japón y lo bueno es que Adolis es como mi hermano, es el padrino de mi niña, gracias a Dios le está yendo muy bien, pudo ganar la Serie Mundial, fue el MVP, yo me siento muy contento con lo que le está pasando porque él en el transcurso de ese gran logro, paso una gran adversidad hasta que San Luis lo designó, después Texas, le volvió a dar la oportunidad”.

 

Mientras está el receso en las mayores, Randy, tal como lo llaman sus amigos o fanáticos, se pasea por las calles de Mérida como un yucateco más, después de todo, de acuerdo con la Constitución Política del Estado, yucateco es aquel que pasa más de seis meses bajos los usos y costumbres de la entidad.

Información de

Ronald Rojas

El jugador de las rayas de Tampa Bay, de la selección mexicana de béisbol, Randy Arozarena, compartió parte de su experiencia de vida con los micrófonos de noticieros Cadena Rasa.

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