Coronan a la reina de la Feria de Tizimín 2015

Una verdadera fiesta tradicional se vivió la noche del pasado martes en Tizimín con la tradicional vaquería que enmarca los festejos de la feria anual, en honor a los tres reyes magos.

Unas 6 mil personas se dieron cita en la plaza principal vestidas del traje típico regional para bailar al ritmo de la jarana con los pasos 3 x 4 y 6 x 8, a cargo del Orquesta de Arturo González y Gameba, grupo local con apenas 2 años en este medio.

Luego de que el contingente fuera a casa de la reina de los festejos, Adriana Aguilar Orozco, y posteriormente a la de la alcaldesa, María del Rosario Díaz Góngora, llegó al escenario frente al palacio Municipal para dar paso a la coronación de la embajadora de la edición número 59 de la feria.

Díaz Góngora agradeció a quienes hicieron de esa noche un evento muy especial, pues la feria de Tizimín es la segunda más importante del sureste del país, el máximo escaparate ganadero, cultural, artesanal y comercial a inaugurarse a las 6 de la tarde de este viernes en el recinto ferial.

“Les que quiero agradecer que esta fiesta de este día tan importante que iniciamos la feria de reyes 2015 estén ustedes presentes, seguramente nos vamos a divertir con el entusiasmo que le van a poner a esta fiesta”, externó.

Posteriormente coronó a la nueva reina de la feria. Dato curioso, es que mientras Aguilar Orozco se dirigía al público con enjundia, casi se le cae la corona si no fuera porque se fijó a tiempo.

“Quiero agradecer de manera muy especial a Dios y a nuestros santos patronos que me han permitido vivir esta experiencia, por su puesto a las autoridades municipales (esto quiere volar) y a los diputados de feria, a mi familia y amigos por estar conmigo, y a ustedes a compartir conmigo esta alegría y recuerden que a reír, a gozar y a bailar que nuestra fiesta se hizo para disfrutar”, exclamó.

Las primeras horas de la madrugada del día siguiente, miércoles, se efectuó la siembra del ceibo en el coso taurino, coronado a las 3 de la tarde, al mismo tiempo que se probó la resistencia de la obra artesanal al llevarse a cabo el tradicional Baxal Toro.