Consejos para la alimentación de mujeres embarazadas
14 de marzo de 2016
En el embarazo las mujeres tienen que prestar mayor atención a su nutrición, en especial deben incrementar el consumo de alimentos que les aporten todos los elementos necesarios para el buen desarrollo de su bebé, así como mantenerse saludables; además de no aumentar de peso de forma indebida, señaló Elmer Chan Canto, coordinador delegacional del Departamento de Nutrición y Dietética del Seguro Social en Yucatán.
Las mujeres embarazadas deben aumentar el consumo de proteínas, ciertas vitaminas como el ácido fólico y minerales como el hierro, e ingerir algunas calorías extra para tener más energía, siempre eligiendo comida nutritiva y variar su alimentación de una forma equilibrada.
En cuanto al ácido fólico, se necesitan cuatro miligramos (mg) todos los días cuando se planea el embarazo, y una vez embarazada el consumo diario debe ser un mínimo de cinco mg en las tabletas, además de los alimentos que lo contiene naturalmente. En las consultas mensuales con su médico familiar en el Seguro Social, se administran las dosis necesarias de esta vitamina.
Aunque en ocasiones hay muchos antojos, se debe limitar o evitar la comida chatarra, porque tiene muchas calorías, pero pocas vitaminas y minerales que necesita la o el bebé en gestación. Sin embargo, comer mejor no significa ingerir de más, la creencia de que durante el embarazo hay que comer por dos, se descartó hace tiempo.
Entre los alimentos que hay que evitar se encuentran los que estén crudos o sin la cocción adecuada. Esto debido a que hay ciertas bacterias que crecen con facilidad en los alimentos, mismas pueden causar una enfermedad llamada listeriosis, peligrosa para la o el bebé.
Por ejemplo, el ceviche, marisco crudo (incluyendo el sushi no cocinado), la leche que no esté pasteurizada o los quesos blandos, como el queso fresco, panela, de hoja y asadero, junto con otros como el brie, pueden contener estas bacterias peligrosas.
También hay que tener precaución con los embutidos, así como con chorizos, jamón serrano y carnes crudas o poco cocidas, que de la misma forma pueden contener bacterias o virus como la toxoplasmosis.
Por otro lado, cuando se preparen los vegetales también deben desinfectarse porque pueden tener bacterias que producen la salmonella y otras infecciones. Hay algunos pescados que contienen mercurio, un metal con el que hay que tener precaución porque se cree que puede afectar el desarrollo del feto, por lo que se recomienda limitar el consumo de atún y otros pescados a unos 300 gramos por semana que es el equivalente a cerca de dos porciones.
Beber alcohol o cerveza, aunque sea solamente un vaso en la comida, tampoco es recomendable ya que podría tener consecuencias para la salud y desarrollo del producto, por eso muchos médicos recomiendan no consumirlo durante todo el embarazo.
Si se consumía mucho café antes del embarazo, hay que intentar tomar sólo una taza al día, y que no esté muy cargado o sea descafeinado. Algunos estudios sugieren que el alto consumo de cafeína en el embarazo está relacionado con abortos involuntarios o partos antes del término. La cafeína no está sólo en el café, también se encuentra en el té, refrescos y chocolate por lo que es mejor reemplazarlos con jugo de fruta natural o agua.
Según las necesidades de cada mujer, la o el médico puede recetar el consumo de hierro o calcio para asegurarse de que se toma una cantidad suficiente de estos minerales. Siempre se debe consultar con la o el especialista antes de tomar multivitamínicos o vitaminas para el embarazo.
No se deben hacer dietas de adelgazamiento ya que pueden no aportar suficiente hierro, ácido fólico u otras vitaminas y minerales. Las mujeres que comen bien y aumentan una cantidad adecuada de peso tienen menos complicaciones. Por eso, si se comen frutas y vegetales frescos, proteínas magras, granos integrales, y el aumento de peso es el recomendable se corre menos riesgo a la hora del parto y en el desarrollo de la o el bebé.
En general, un aumento de entre 11 y 16 kilos es lo más recomendable en toda la gestación, aunque esto depende mucho de las características de cada mujer. De ahí la importancia de que acudan a cada consulta prenatal para llevar un seguimiento adecuado de su peso y presión arterial.
Si las náuseas, el rechazo a ciertos alimentos, la acidez o indigestión le quitan las ganas de probar alimentos, intente comer de cinco a seis comidas ligeras, en vez de tres grandes. No se deben saltar las comidas porque la o el bebé necesita recibir alimento de forma regular.
En cuanto a las botanas se deben preferir las saludables o bajas en calorías (que no proporcionan más de 150 calorías por porción). Las más adecuadas son los alimentos naturales, como las frutas, vegetales y los productos lácteos como el yogurt.
Deben aumentar el consumo de proteínas, vitaminas como el ácido fólico, y minerales como hierro