Cables que ahorcan y huecos para pib en banquetas del Centro.

En las manitas de gato del Centro Histórico de Mérida se gastaron millones de pesos supuestamente para privilegiar los espacios donde caminan los marchantes y el peatón. Sin embargo, la realidad demuestra que no es así.
Frente a un bar ubicado en la calle 65 por 62 hay cables tendidos a baja altura que atraviesan la banqueta, como sogas de lavado, que si te atontas te pasan a ahorcar.
Y ahí mismo, hay cables de alta tensión, arrollados como soga de vaquero, que están tirados en el suelo, un peligro para los soberbios y creídos que si no miran para abajo se les puede atorar los cables de acero como enredadera en sus pies.
Frente al ex edificio de la lotería Nacional hay un enorme registro de cables destapado y tan profundo, que en noviembre puede servir para cocinar un pib. En el cruce de la 65 por 62 en las banquetas rotas de descubiertas de las esquinas aparecen los conductos de electricidad, la grava, incluso las pitas que enterraron los albañiles durante la construcción.
Casi al llegar, a la esquina de la 65 por 64, en frente de una funeraria hay un peligroso registro tapado con frágil madera de triplay y pedazos de concreto filoso que se desprendieron de la banqueta, que también está incompleta en algunos tramos.
Supuestamente, el propósito primordial del rescate del Centro Histórico era quitar registros, postes, cables y todo lo que obstaculizara el desplazamiento del peatón sobre las banquetas, Tenga cuidado. Fíjese por dónde camina. No se vaya a caer.