Antiguos enigmas por las aguas mágicas de viernes santo

Hace algunos años, un incrédulo periodista acompañó a un arreador de ganado a presenciar un increíble fenómeno de aguas mágicas en el norte de Yucatán, fenómeno natural que según los viejos pobladores ocurre únicamente al filo del medio día de Viernes Santo.



Luego que recorrieron el monte seco a pie durante unas siete horas, cerca del Petén el experimentado guía y el reportero llegaron a un punto sagrado llamado “Tan Yá”, vocablo maya que en español significa la profundidad del zapote.



En medio de maleza seca, el arreador de ganado pidió al comunicador acercarse al cenote “Tan Yá” a flor de tierra, cuyo diámetro es similar al de una cubeta. Después de las 12 del día la fuente de agua comenzó a rebosar, como una taza repleta de líquido que se desborda y en pocos minutos inundó el lugar, donde había un monolito en que los mayas antiguos realizaban sus ritos.



Los investigadores llaman “aguas mágicas” a estos fenómenos naturales que ocurren en cenotes como el de “Tan Ya” y que son inexplicables para los hombres del campo.



Años más tarde, un grupo de supuestos científicos acudió al mismo cenote de “Tan Yá” en Viernes Santo para observar el fenómeno de “aguas mágicas”. Lamentablemente, en el grupo se sentía ambición. El agua no se desbordó e incluso ese viernes de Dolores, el cenote se secó como había pronosticado el j-men al periodista que los llevó.