Defendamos la vida...

24 de marzo de 2018

Defendamos la vida...

Quiero partir de un punto que pensé ya estaba claro: Hay cosas que ya no están a debate y ni pueden estarlo porque sería indigno volver a esas discusiones.
O sea, ya no es tiempo de debatir si las personas con discapacidad tienen derecho al trabajo o no, ya no se puede someter a debate si a las mujeres se les deben reconocer los mismos derechos civiles y políticos y tampoco se puede someter a debate si las personas indígenas tienen alma o si son iguales en dignidad que la población que no es indígena.

Insisto, el sólo hecho de someterlo a debate es indigno, porque hay cosas que ya están claras como que las personas son iguales en dignidad y derechos.

Tampoco está a debate el aborto. El aborto está permitido bajo ciertas causales, un embrión no es persona y un conjunto de células de 12 semanas tampoco. Eso hace mucho tiempo se discutió y se determinó así con la suficiente evidencia de ello, lo que pasa es que hay quienes se vienen enterando hasta ahora.

Como he mencionado en otro artículo, el aborto en Yucatán está permitido bajo las causales de violación, malformación del producto, riesgo de vida de la madre y por causal socioeconómica, esto es, cuando la mujer ya tiene tres hijos o hijas y vive en pobreza extrema. 

Menciono lo anterior a raíz del ataque, intento de homicidio, que recibió en días pasados la Dra. Sandra Peniche en manos de una persona que le clavó un desarmador en uno de sus costados.

De allá lo pernicioso y peligroso de que se planten a rezar un rosario en jornadas de 8 de la mañana a 8 de la noche afuera de una clínica de salud sexual y reproductiva; y todavía más peligroso que ninguna autoridad quiera parar esta campaña de desacreditación mezclada con religión y, además, en la vía pública.

Es perniciosa la omisión y negligencia de la autoridad porque si se paran frente a tu clínica diciendo que “matas bebés” por supuesto habrá quien se lo crea y actúe en consecuencia.

Después de ese lamentable hecho de violencia contra la Dra. Sandra, salieron personas que apoyan esas campañas en contra de los derechos de las mujeres a casi festejar ese suceso y, además, argumentando que nada tienen que ver las rezadoras con el hecho de que un “perturbado de sus facultades” te intente matar con un desarmador.

Es gente incongruente, contradictoria y falsa porque no están a favor de la vida en concreto, casi argumentan que la Doctora merecido selo tiene. Y no estoy interpretando nada, hay decenas de notas y cientos de comentarios en ese sentido que se pueden encontrar en la red.

No les parece preocupante e indignante que se intente asesinar a una mujer ya nacida, con una vida ya realizada y que ya existe en concreto. Solamente les preocupa un conjunto de células de 12 semanas que no tiene la categoría de persona y cuya existencia no puede estar por encima de los derechos y las decisiones de la mujer que lo carga.

Un embrión, un cigoto o un feto no pueden estar por encima de los derechos de las mujeres, eso hace mucho que se determinó y ya no está a debate.

Defendamos la vida, la vida de niñas y niños que ya han nacido y que están en riesgo por la pobreza, la violencia y la marginación. Preocupémonos y marchemos por las mujeres víctimas de feminicidio.

Si tantas ganas tienen de rezar bien pueden ir afuera de los hospitales públicos donde mueren mujeres y sus hijos por partos de alto riesgo.

Sus vidas se apagan por complicaciones del embarazo derivadas de una atención oportuna y carencia de acceso a los servicios de salud.

Facebook: Armando Rivas Lugo
Twitter: @Trinkt

 

Nota escrita por

Armando Rivas Lugo

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