A México lo está matando la impunidad...

16 de marzo de 2018

A México lo está matando la impunidad...

México tiene  un cáncer que lo debilita y al parecer ya ha hecho metástasis en diferentes órganos que son vitales para una república como la nuestra. 

Y si  usted  respetable radioescucha pensó  que ese cáncer es la corrupción,  me temo decirle que no estamos en la misma sintonía y déjeme exponerle porque, desde mi personal punto de vista, y solo a manera de ejemplo citare esta situación. 

De un tiempo para acá hemos escuchado o leído que algunos ex gobernantes están tras las rejas por malos manejos del erario, y se les han descubierto cuentas millonarias y propiedades titánicas que hasta el más prolifero  empresario se hubiera tardado  muchos  años en lograrlas, sin embargo ese malestar de entidades pobres gobernantes millonarios parece tomar cada vez más fuerza.  

Y es que esta semana la Procuraduría General de la República (PGR) resolvió no ejercer acción penal contra el ex gobernador César Duarte por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, delito bancario y defraudación fiscal, que eran indagados desde 2014, o lo que en el sentir popular se traduciría, “lo transo y la libro, ya se rayó”. 

Según el colectivo Unión Ciudadana entre 2012 y 2014 se habrían transferido casi 80,000 millones de pesos a la sociedad financiera privada Banco Progreso de la que su secretario de Hacienda Jaime Herrera Corral resultó ser abogado y accionista y de la cual el mismo exgobernador buscó ser también  un accionista. 

Y aunque las ordenes  de aprehensión contra César Duarte siguen vigentes, el sentimiento popular sigue siendo “otro que tranza  y no es castigado”. 

Por eso cuando pienso en el verdadero cáncer que lacera la salud del país primero viene a mi mente la impunidad, porque se sabe que bastantes son  los que roban y siguen ahí como si nada paseando por el mundo, de verdad yo no  quiero creer lo que muchos abogansters dicen “la cárcel está llena de tontos y pobres” 

¿Pero usted qué piensa? 

 

Nota escrita por

Rigel Alonzo

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