Yucatán "libre" de alcohol adulterado desde hace más de 1 año

25 de mayo de 2015

Yucatán "libre" de alcohol adulterado desde hace más de 1 año

La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) realiza al año, un promedio de 155 tomas de muestras de diversas bebidas alcohólicas, obtenidas  en  todo tipo de establecimientos, desde bares, restaurantes, cantinas y expendios, entre otros, con el objetivo de analizar la calidad de las mismas y determinar si el producto ha sido adulterado o no. 

En ese sentido, Subdirector de Control y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud, Rogelio Rivero Escalante indicó que se considera que un alcohol se encuentra adulterado cuando su naturaleza y composición no corresponde con aquellas que se anuncie o cuando no corresponden a las especificaciones de la Norma Oficial Mexicana 142 de Bienes y Servicios.

“En caso de que alguno de los ingredientes no cumpla con los límites máximos permitidos por la norma, se considera que esa bebida está adulterada, también en el artículo 206 de la ley general de salud, considera una bebida adulterada cuando haya sufrido un tratamiento que disimule su alteración, se encubran defectos en su proceso o en la calidad sanitaria de las materias primas utilizadas”

Agregó que en lo que va del año, se han realizado 60 de estas inspecciones y que desde 2014 no se ha encontrado ningún indicio de que el alcohol que se distribuye y vende en el estado, haya sufrido modificación alguna y que actualmente tienen 3 procedimientos pendientes de dictamen.

Sin embargo, advirtió que cuando se detecta que en un establecimiento se está distribuyendo alcohol adultera, los responsables podrían hacerse acreedores a una multa que va de los 70 pesos a los 7 mil pesos e incluso, si son reincidentes podrían perder su licencia para la venta de ese tipo de bebidas, lo que en algunos casos, como de los bares o antros, sería “una sentencia de muerte”.

Rivero Escalante, explicó que el procedimiento se realiza tomando una botella del lugar y llevándola hasta el laboratorio estatal para su análisis, donde determinan su composición.

Si el alcohol resulta adulterado, se procede a regresar al establecimiento para el decomiso de todas las botellas, se “deshacen” del líquido y se rompen los recipientes para asegurarse que no sean rellenados.

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Según los estudios realizados por la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios este no es un problema en el estado.

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